El invierno suele ser un dolor de cabeza para el sector ganadero con respecto a la escasez de recursos óptimos para una alimentación mínimamente abarcativa del ganado. A continuación podrás ver algunos consejos para tener a los animales bien alimentados para cuando comience la primavera con los primeros brotes verdes.
Cuando se planifica alimentar al rodeo es importante tener en cuenta los objetivos productivos. Ejemplos de esos objetivos pueden ser el mejorar la recría, adelantar la terminación para venta o simplemente pasar un período crítico con mantenimiento de los animales. Es en estos casos que se debe analizar las alternativas nutricionales disponibles en la región y la base forrajera con la que cuenta el ganadero.
El principal problema para el sector durante el invierno es que esta estación trae consigo un “bache forrajero”, fenómeno que tiene como principal característica la falta de hierba fresca disponible para el consumo del ganado. Esto hace que los encargados de las cabezas de ganado tengan que rebuscarse para encontrar nuevos métodos y actividades para mantener bien alimentado y enérgico a su ganado durante esos meses. Algunas de las opciones más utilizadas son la suplementación estratégica, el uso de reservas forrajeras, encierres, comederos de autoconsumo o verdeos invernales, entre otras variantes.
Suplementación estratégica: Depende básicamente del tipo y calidad del forraje disponible, de la categoría a suplementar y de la ganancia de peso esperada por parte de los animales. Si la base forrajera fuera un buen campo natural o pasturas megatérmicas que no presentaran limitantes en la oferta y tuviera una estructura que no afecte su aprovechamiento, en el periodo invernal la deficiencia a cubrir es principalmente proteica, por lo que el suplemento utilizado debe cubrir los requerimientos de ese nutriente según sea la categoría que se esté alimentando. Por otro lado, si la oferta es limitada o se presenta alta carga o se pretenden ganancias superiores a los 0,4 kg/an/día, el suplemento debe ser más completo y aportar energía, además de cubrir los requerimientos proteicos. En este caso, también es posible que se deba suministrar la ración en mayor porcentaje.
Forraje conservado en silajes o forrajeras megatérmicas: Esta es una variante utilizada para disponer de la mayor fibra posible dentro del forraje durante el período invernal. La primera corrección es proteica y luego energética para alcanzar mayores ganancias o mantener cargas superiores. Las reservas forrajeras permiten hacer “encierres estratégicos” con los que se puede recriar o engordar animales sin afectar al resto de las cabezas de ganado. Esto se puede complementar también con las raciones de alimento requeridas para los objetivos planteados (ganancia de peso principalmente).
Comederos de autoconsumo: Es otra alternativa de alto impacto cuando el establecimiento tiene problemas de estructura o personal que dificulta la entrega diaria de alimentos. Permiten el acceso continuo al alimento, y es por eso que las ganancias diarias de peso pueden ser mayores al kg/an/d. Esto sería adecuado en un plateo de terminación o de destete precoz, pero en recría lo ideal es que las ganancias no superen los 0,8 Kg/an/d. para lograr un adecuado desarrollo sin la ganancia de grasa. Por esto, se trabajan en diferentes alternativas para regular el consumo de estos animales.
Verdeos en invierno: Permiten contar con forraje de alta calidad y crecimiento en el invierno (extendiéndose hasta octubre mayoritariamente). En recría, con manejo de pastoreo y carga adecuada, es posible alcanzar ganancias de 500 a 800 kg/an/d.
Como comentario final, es importante destacar que la eficiencia al aplicar cualquier tecnología de alimentación no solo depende de la ración. También es fundamental el aspecto sanitario y el manejo (longitud de bateas, piso, calidad de agua, entre otros) para obtener los resultados esperados.
Fuente: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
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